jueves, 29 de abril de 2010

LA REFLEXION MORAL EN DESCARTES Y SU DIFERENCIA CON LA MORAL HOBBESIANA

La importancia de Descartes no solo en la historia de la filosofía, sino en la historia de la humanidad, es una cuestión que ya está más que clara pues el no solo representa el fin de una época en decadencia y el comienzo de otra más prometedora, sino que adicionalmente proporciona a la humanidad dos factores que marcaran su historia, en primer lugar proporcionara un método que servirá de guía para hacer ciencia y en segundo lugar proporcionara los cimientos o principios axiomáticos (el yo pienso) sobre los cuales se basaran o fundamentaran tanto las disciplinas científicas como no científicas dando vía libre al desarrollo de las ciencias. Por esta y muchas razones más Descartes es uno de los filósofos más importantes que ha existido y su influjo en la humanidad y en el mundo ha sido tal que Cassirer plantea que “en el siglo XVII, el triunfo de la filosofía cartesiana cambia por completo toda la imagen del mundo”
No obstante, Descartes no fue el único filósofo importante de la época sino que por el contrario durante el siglo XVII también vivieron otros pensadores de renombre, entre los cuales esta uno cuyo pensamiento representa la antítesis del pensamiento cartesiano, y este filósofo es el empirista clásico inglés Thomas Hobbes con quien Descartes tendrá como ya dijimos amplias diferencias, diferencias sobre las cuales nos dará muchas luces Abbagnano quien dirá que “La Filosofía de Hobbes representa, con relación a la de Descartes, la otra gran alternativa en la que desemboco la elaboración del concepto de razón en el siglo XVII. Y esto no sólo porque la de Hobbes está vinculada a supuestos materialistas y nominalistas, a diferencia de la de Descartes ligada a una metafísica espiritualista, sino también, y sobre todo, porque descubre en la razón una técnica distinta u opuesta en muchos aspectos a la que Descartes había reconocido en ella”

Uno de estos aspectos, en los cuales la razón lleva a conclusiones diferentes o se muestra distinta entre los dos filósofos, es en lo que respecta a sus reflexiones morales, pues si bien sus planteamientos morales son el resultado de la razón, al hacer un breve repaso del pensamiento moral de estos dos filósofos, veremos que sus respectivas reflexiones morales están comprometidas con fines totalmente diferentes, a tal punto que se pone en evidencia que lo planteado por Abbagnano logra ser comprobado. Es decir se puede observar como si bien las reglas de uno y otro son claras normas que buscan regir el comportamiento, los objetivos o los fines hacia los que apunta cada una son diferentes, pues el objetivo que Hobbes busca lograr con estas normas es más de tipo político-social, en cambio el objetivo de Descartes podría decirse que es más gnoseológico o epistemológico.

Por otra parte para poder demostrar esto se debe empezar por mostrar cuales eran los planteamientos morales tanto cartesianos como hobbesianos, para poder pasar luego a hacer una clara diferenciación. De este modo lo primero que se debe decir es que Descartes en el Discurso del Método establecerá tres máximas morales que constituyen el eje principal de su reflexión moral y que cumplirán un papel fundamental pues servirán de guía para la toma de decisiones y el direccionamiento de sus sus acciones, en el momento mismo en que el filósofo está sometiendo a meditación los principios metafísicos y sus propias opiniones. De este modo estas máximas, son:

• “Obedecer las leyes y costumbres de mi país, conservando constantemente la religión en la cual Dios me ha concedido la gracia de ser instruido desde la infancia guiándome en cualquier otra cuestión por las opiniones más moderadas y por las más alejadas de todo extremo, que fuesen comúnmente aceptadas en la práctica por los más sensatos de aquellos con los cuales tuviera que vivir” .
• “Ser lo más firme y lo más decidido que pudiera en mis acciones, y en seguir con no menos firmeza las opiniones más dudosas, una vez determinado a ello, que si hubieran sido muy seguras” .
• “Intentar siempre vencerme a mí mismo antes que a la fortuna y en cambiar mis deseos antes que el orden del mundo; y, en general, en acostumbrarme a que nada excepto nuestros pensamientos están enteramente en nuestro poder”

Por otra parte las normas o reglas morales hobbesianas las encontramos manifestadas en lo que Hobbes denomina leyes naturales, que en sus palabras no son más que “un precepto o norma general, establecida por la razón, en virtud de la cual se prohíbe a un hombre hacer lo que puede destruir su vida o privarle de los medios de conservarla” . La definición anterior nos permite observar un rasgo importante, y es como sin lugar a dudas Hobbes vendrá a considerar los preceptos morales como algo resultante de la razón misma, pues es a ella a quien los preceptos morales deben su establecimiento. Por otro lado hay que recalcar que Hobbes presenta un número de diecinueve leyes naturales que a su juicio deben ser seguidas por los súbditos, sin embargo las tres primeras son las que gozan de mayor importancia y por ende serán las únicas que se citaran, estas son:

• “Cada Hombre debe esforzarse por la paz, mientras tiene la esperanza de lograrla; y cuando no pueda obtenerla, debe buscar y utilizar todas las ayudas y ventajas de la guerra” .
• “Que uno acceda…….. a renunciar a este derecho a todas las cosas”
• “Que los hombres cumplan los pactos que han celebrado”

Muy bien una vez plasmadas las principales máximas morales tanto de Hobbes como de Descartes, salta a la vista la primera diferencia y esta diferencia es que como podemos ver los preceptos morales tanto del uno como del otro no se parecen en lo más mínimo y esta falta de identidad se debe a que los preceptos morales de cada filosofo son el resultado o la consecuencia de preocupaciones filosóficas diferentes que dieron origen a códigos morales diferentes
Así por ejemplo, veremos que el pensamiento filosófico de Hobbes está fuertemente influido por el miedo a la guerra y las calamidades, que según este filósofo constituye el estado de naturaleza que no es más que el estado de guerra de todos contra todos, un estado de naturaleza en donde todos tienen derecho sobre todo y en el cual el bien primario que es la vida corre peligro, así que para superar esta situación de incertidumbre y miedo a perder la vida surgen las leyes naturales como condición necesaria a ser cumplida por parte de los hombres, pues solo por medio de su observación y un poder que las haga cumplir (el Leviatán) será posible salir de ese estado de guerra de todos contra todos y dar lugar a un estado civil, en el cual ya no existe el peligro a perder la vida. Es decir aquí se puede ver como el objetivo o fin fundamental de la reflexión moral de Hobbes es el asegurar la vida y su conservación, a la vez que evitar la guerra y las calamidades, es decir podemos ver la finalidad política de la moral de Hobbes.
Por otra parte veremos que en Descartes la motivación es diferente, pues su interés no es de tono político sino que por el contrario a él lo motiva el conocimiento de la verdad, el encontrar una certeza fundamental, un principio axiomático claro y distinto, y esto se evidencia en sus reglas morales las cuales tienen como propósito el identificar las opiniones más verdaderas para impedir que el filósofo se aleje del camino verdadero, y esto queda plenamente expuesto en palabras de Descartes quien plantea en dos citas lo siguiente:
Con respecto a la primera máxima dice: “Entre varias opiniones igualmente aceptadas, no elegía sino las más moderadas, no solo porque son siempre las más cómodas en la práctica……. Sino también con el fin de alejarme menos del verdadero camino”.
Con respecto a la segunda máxima: “Dado que las acciones de la vida frecuentemente no admiten ningún aplazamiento, es una verdad muy cierta que, cuando no está a nuestro alcance discernir las opiniones más verdaderas, debemos seguir las más probables” . Como se podrá ver todo con miras a alejarse lo más mínimo posible del camino de la verdad.
De esta manera aquí queda expuesto como en el caso cartesiano se entre ve una relación entre la reflexión moral y el proyecto de investigar la verdad, lo cual es muy diferente a la reflexión hobbesiana, pues queda muy claro que el fin de Descartes es mas de tipo gnoseológico o epistemológico como lo dijimos con anterioridad.
De esta forma una vez expuestas estas reflexiones podemos ver como en el aspecto moral se cumple lo dicho por Abbagnano, quien plantea que Hobbes vera en la razón una técnica diferente a como la vera Descartes, desembocando por ende en consideraciones diferentes, en donde un ejemplo de ello es su reflexión moral.
Por otra parte una vez presentada esta que era la idea fundamental del documento, cabe hacer algunos comentarios importantes sobre las máximas morales de Descartes, comentarios que permitirán entrever unos comportamientos muy curiosos en el pensamiento de este filósofo.
De esta manera con respecto a la segunda máxima es importante destacar la clara contradicción en que Descartes parece caer cuando se hace una comparación de su planteamientos referentes al ámbito practico con aquellos referentes al ámbito de lo teórico, y esta contradicción se manifiesta en el hecho de que es sumamente extraño que mientras que en el ámbito teórico, Descartes se muestra como un claro defensor de la certeza y el conocimiento claro y distinto, (a tal punto que proclama que no se debe dar el mas mínimo espacio al conocimiento probable o susceptible de la más mínima duda) en el ámbito practico Descartes da vía libre a lo probable y por ende a lo dudoso. Esto puedo ser escandaloso pues basta tan solo con citar la primera regla del método para observar el claro desprecio que Descartes muestra por lo probable o dudoso: “No admitir jamás cosa alguna como verdadera sin haber conocido con evidencia que así era..... Y no admitir en mis juicios nada más que lo que se presentase tan clara y distintamente a mi espíritu que no tuviese motivo alguno para ponerlo en duda”
Por otra parte en el aspecto moral en la segunda máxima vemos que Descartes planteara algo totalmente diferente: “cuando no está a nuestro alcance discernir las opiniones más verdaderas, debemos seguir las más probables” . Esta cuestión goza de gran importancia puesto que deje entrever una gran contradicción en el pensamiento cartesiano, contradicción cuyos orígenes e implicaciones vale la pena tomar en cuenta.
En segundo lugar, principalmente la tercera máxima pero en general la totalidad de estas permiten ver otro aspecto curioso en el pensamiento cartesiano, y este aspecto es el hecho de que dentro de las máximas morales de Descartes no se da lugar alguno a la moral católica, este aspecto es importante por tres razones:
En primer lugar es importante pues Descartes elabora un moral sin preceptos católicos, precisamente en un periodo histórico en el cual la iglesia luchaba fervorosamente por revitalizarse, pues durante la época de Descartes la contrarreforma es algo que está muy vivo y es un fenómeno que se siente principalmente en España y en su tierra natal Francia.
En segundo lugar, esta moral sin preceptos católicos es importante pues es un indicio más que nos permitiría ver en Descartes, un filósofo que marca el fin de una época y el comienzo de otra.
En tercer lugar, es importante el hecho de que Descartes haya separado de una forma tan drástica su moral del aspecto religioso, pues uno podría esperar que la importancia dada a la religión en el ámbito moral fuera mucho más fuerte, pues en lo que respecta al ámbito metafísico Dios (y el alma) constituirán la base o fundamento de la metafísica cartesiana.
Una vez expuestas estas cuestiones, queda claro que la moral si bien parece tener un lugar secundario dentro del pensamiento cartesiano, esto no debería ser así, pues en su reflexión moral como se ha visto se pueden encontrar puntos sumamente importantes, dignos de ser estudiados con detenimiento en vez de darles un trato somero, pues en ellos se pueden identificar o profundizar rasgos característicos importantes de la concepción filosófica cartesiana.

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